El escenario chileno en el día mundial del agua

Megasequía

Hace diez años era común que las familias de Paine, Buin y San Bernardo pasaran los fines de semana la Laguna de Aculeo, en el camino vendían tebos para la pesca y en los sitios para acampar se podían hacer fogatas, asados y discadas. Desde lo alto, en la madrugada, se veían a lo lejos las luces de los faroles que usaban los pescadores.

Hoy, pescar o pasear en bote es imposible, la laguna se secó y sus comunidades aledañas también, sumándose a la lista de 400 mil personas que en Chile son abastecidas de agua a través de camiones aljibe, víctimas de la sequía más grande que se ha registrado en el país – al menos en el último siglo – que ya suma más de 8 años y tiene a las zonas comprendidas entre Coquimbo y La Araucanía con un 30% de déficit en precipitaciones.

Aculeo, en Paine, o Petorca, en la V región, son las postales más icónicas de un fenómeno cuya persistencia temporal y extensión espacial es extraordinaria. De acuerdo a los registros históricos y las reconstrucciones climatológicas, esta “mega sequía”, como la ha denominado la comunidad científica, no tiene precedentes en el milenio.

Lo preocupante es que el panorama no es alentador, al menos un 25% de este déficit de precipitación es producto del cambio climático antrópico. Es decir, producto de la actividad humana. Sin ir más lejos, el año pasado, Chile ingresó el año pasado al top ten de los países más afectados por el cambio climático.


Una combinación desastrosa

La falta de precipitaciones y la megasequía han coincidido con década más cálida que registra el país, cuestión que ha acelerado la pérdida de agua por evaporación, agravando la escasez. Este no es un fenómeno aislado, ya que el mundo también registro los diez años más calurosos del siglo, con un aumento de al menos 1,17º C.

Actualmente, de acuerdo a la Dirección Meteorológica de Chile, se presentan temperaturas medias y máximas entre 0.5ºC y 1.5ºC por encima de los promedios registrados entre 1970 y 2000, periodo en el que la zona norte y centro de Chile, comenzó ha experimentar un aumento gradual en su temperatura, con excpeción de la franja costera donde las temperaturas se han mantenido.

Para ejemplificar, la evaporación anual de la Laguna de Aculeo incrementó cerca de un 10% debido al aumento de la temperatura en 0,8º Celsius durante la megasequía, ocasionando una pérdida de agua en la laguna superior al millón de metros cubicos.

En su informe a la nación publicado en 2017, el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia, empleó datos satelitales para comparar la sequía iniciada en 2010 con la década anterior, donde constató una amplia y marcada disminución del crecimiento de la vegetación durante la megasequía, en sectores costeros y valles interiores desde la región de Coquimbo a O’Higgins. Más al sur, la señal de la megasequía es menor pues parte importante del territorio está cubierto por vegetación bajo riego, donde el déficit de precipitaciones se ha compensado con mayores tasas de irrigación.

Al mismo tiempo, la superficie forestal quemada en la zona centro-sur ha aumentado un 70% durante la megasequía, mientras que la temporada de incendios se ha extendido a todo el año. En las últimas dos temporadas el área quemada superó las 100.000 hectáreas, un hecho sin precedentes en 50 años.

Este artículo fue publicado originalmente en colaboración con el medio interferencia.cl

Fotografías: Jorge Vargas y Alfonso González / Texto: Pedro Pablo Ramírez Hernández.




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